Mis primeros tres días de Mujer Casi-Florero

El miércoles llevé a mi hija de casi cuatro años por primera vez a Ballet, ella estaba feliz de ir a las clases. Llegamos a las 4:00 p.m. y tuve una hora espectacular viéndola como trataba de hacer los pasos de ballet, la emoción y orgullo de ver a mi princesa por primera vez en sus clases; opacaron cualquier sentimiento de tristeza que hubiese tenido esos días. De verdad que viví un momento en el que sólo faltaba la voz de fondo que dijera “hay cosas en la vida que no tienen precio.. para todo lo demás…..”.

El jueves me invitaron a almorzar; por mas de 10 años los almuerzos en días de semana en mi vida fueron algo así: salir corriendo de la oficina antes de las 12 que comienza el tráfico, llegar y ordenar rápido antes de que se llene de gente el restaurante; si estás corta de tiempo olvídate del café y del postre; hay que sumergirse en el tráfico para llegar a la oficina lo antes posible (por supuesto sin mencionar que ni una copa de vino porque te da sueño en la oficina). Pues el pasado jueves ninguna de esas cosas pasó! Fui a almorzar a un sitio espectacular comida italiana, comí con toda la calma del mundo; me tomé media botella de vino y hasta postre, café y plus café pedí. Y ¿adivinen hasta que hora? Hasta las 4 de la tarde!!!! Y lo que más me llamó la atención es que yo no era la excepción eso estaba lleno de gente a esa hora.

Viernes: El viernes me pasó algo que hizo que me riera sola toda la mañana: Mi mamá me pidió que la acompañara a una tienda de esas de listas de boda (que yo ya he mencionado en este Blog; y mi impresión de cómo la gente tiene tiempo de ir a “tardes de té”). Yo pensaba… si me ve alguien aquí! Luego después de almuerzo acompañé a mi amiga Ely (100% florero) a hacer diligencias toda la tarde.

De verdad que mis primeros tres días de Mujer Casi-Florero han sido súper divertidos. A veces tenemos que ver un poco más allá de lo que hay; en las cuatro paredes que nos rodean.